Es sorprendente el cambio que podemos lograr con solo dar una nueva mano de pintura. Haremos un repaso según el tipo de pared.
Las pinturas se tipifican según sus componentes. Elegir la correcta va a depender de diferentes factores; por ejemplo, si queremos pintar una pared interior o exterior, además de si queremos que sea resistente a la humedad o no, entre otros aspectos. Aquí los seis tipos de pintura más usados en las paredes.
1. Pintura base
Este tipo de pintura se usa para dar un tratamiento previo a la pared antes de usar la pintura del color que hayamos elegido. El beneficio de usar pintura base para tus paredes es que favorece la adherencia de la pintura de color que apliques después; además, resulta sumamente útil si antes la pared estuvo pintada de un color distinto.
2. Pintura temple
Este tipo de pintura viene en la forma de polvo o de pasta y necesita ser mezclada con agua antes de ser usada. En general, no se recomienda su uso en paredes que estarán expuestas a la humedad. Asimismo, es un tipo de pintura que puede ser usada para acabados, pero a diferencia de las pinturas de color, no es lavable.
3. Pintura imprimante
La pintura imprimante puede ser considerada una pintura base y generalmente se usa sobre paredes recién tarrajeadas y lijadas con el objetivo de que mengüen la porosidad del cemento. A diferencia del temple, la pintura imprimante puede usarse directa o diluida.
4. Pintura acrílica
La pintura acrílica es un tipo de pintura que puede usarse tanto en interiores como en exteriores. La ventaja de su uso es que es lavable, por lo que también es ideal para ambientes húmedos. En cuanto a sus subtipos, podemos encontrarla en presentaciones: mate, satinada y brillante.
5. Pintura sintética
A diferencia de las pinturas acrílicas, estas tienen una base de aceite, lo que les permite una mayor cobertura. En general, son una opción ideal para ambientes que requieran mayor resistencia a la humedad, como la cocina o los baños.
6. Pintura látex
Este tipo de pintura es una de las más usadas para paredes y techos; sin embargo, hay que tener en cuenta que no son impermeabilizantes. Por otro lado, se trata de una opción resistente al roce, humedad, entre otros agentes.
No olvides lijar la pared antes de pintar.
IMPORTANTE: Te recomendamos que para un pintado más profesional no olvides lijar la superficie antes de pintar. Usa lijas de calidad, para pared, que trabajen en húmedo, seco o húmedo y seco según corresponda. Con el lijado previo la pared estará nivelada y la pintura se adherirá mejor a la superficie.
Ahora que conoces cuál es la pintura de pared que debes elegir según tus tipos de muros, hablemos de la gran capacidad decorativa que tiene el color, sabrás lo importante que es elegir correctamente el tono de las paredes de la casa. El color lo cambia todo, para bien o para mal.
Si hay un elemento en interiorismo capaz de cambiar la esencia de un ambiente como por arte de magia ese es el color, lo que es genial puesto que también es un recurso fácil y asequible, que está al alcance de todo el mundo.
Por eso, cuando sentimos que nuestra casa necesita un cambio, podemos decidirnos a darle a las paredes una mano de pintura. Te sorprenderá lo que puedes conseguir con este gesto simple que puedes llevar a cabo tú mismo (pintar paredes es uno de los trabajos de bricolaje más fáciles que existen).
Aunque no hay reglas establecidas en cuanto a la elección de los colores, sí podemos dar algunas pautas que ayudan a escoger, en función de cada estancia de la casa.
La emoción del color
El color de las paredes de una habitación, ya sea el salón o el dormitorio, tiene un impacto directo en nuestro estado de ánimo. Nos transmite sensaciones que son relevantes y que nos hacen sentir de una determinada manera. Por ese motivo, el tipo de habitación ha de influir en la elección.
En este sentido, los colores fríos, con un efecto calmante, irán bien en los dormitorios, mientras que los cálidos, más temperamentales y dinámicos, son perfectos para las zonas de estar y reunión, como el salón. Además, también es importante tener en cuenta el tono, la intensidad y la saturación de los colores.
Salones y zonas de estar
El salón es un espacio multitarea en el que se realizan muchas y diferentes actividades. Suele estar dividido, aunque no físicamente con tabiques sí a través del mobiliario y la decoración, en distintas zonas: espacios de reunión, una zona de lectura, un rincón de trabajo, etc.
La clave para elegir los colores para el salón está en lograr un equilibrio: deben ser tonos acogedores y cálidos, pero también elegantes y sofisticados.
Además, no existe una tendencia en el salón, sino que podemos elegir entre diferentes colores de forma que podamos reflejar nuestra personalidad.
- Los tonos neutros son infalibles. Blanco, beige, gris o, mejor aún, por el greige. Será un acierto seguro.
- Apuesta por la gama de los grises más oscuros, por los verdes o amarillos alegres.
- Azules profundos y oscuros también son una opción cargada de personalidad.
Un comedor cálido y amable
Es importante conseguir que el comedor sea un espacio acogedor, de forma que se favorezca la tertulia y se alargue la sobremesa tras una comida especial. Además, ya no es simplemente un lugar donde comer, sino que funciona con otros usos como espacio de reunión, lugar de trabajo o de studio.
Elige colores cálidos y suaves, como el precioso tono Silver Needle de la foto, de Fired Earth, que aporta delicadeza y combina de maravilla con blancos y neutros.
Un consejo: utiliza pintura plástica lavable satinada o mate, que resulte fácil de limpiar.
En la cocina, atrévete con tonos intensos
A la hora de elegir el color de las paredes de la cocina, hay que tener en cuenta que habrá zonas críticas que necesiten otro tipo de revestimiento, como el espacio del fregadero o el antepecho de la encimera, tan expuesto a las manchas. Sin embargo, la pintura es un gran recurso para el resto de las paredes.
La cocina es un espacio versátil que se adapta a diversas paletas de color:
- El blanco siempre es una opción, aunque no la única. Puedes probar con otros neutros luminosos como el gris claro, el beige o el color topo.
- Apuesta por los colores de tendencia, con el verde y el negro a la cabeza.
- No te resistas a pintar alguna zona con un color intenso: amarillo o azulón pueden ser buenas ideas.
Un recibidor que invite a entrar
Es la carta de presentación de la casa, lo que complica un poco las cosas a la hora de elegir el color de las paredes. Debe ser un espacio acogedor y luminoso, pero no soso ni aburrido.
Para imprimir interés visual al recibidor podemos emplear diferentes estrategias:
- Si quieres una entrada luminosa con paredes blancas, añade color en los complementos: muebles, alfombras, lámparas, etc.
- Apuesta por un color intenso y oscuro para las paredes, siempre que el recibidor tenga algo de luz.
- Los tonos cálidos, como amarillos, mostaza y marrones, siempre son una buena idea.
El dormitorio, un templo de relax
Es tu refugio, el lugar de descanso por excelencia. Y por eso, tú decides el color de las paredes con libertad. Los expertos en color e interiorismo recomiendan pintar las paredes con colores fríos porque son más serenos y tranquilizadores: el azul, el verde, el blanco…
Si te decides por el azul no te equivocarás. Hay tantas tonalidades diferentes que es extraño que no encuentres un matiz que te apasione. Se adapta a dormitorios clásicos y a espacios contemporáneos.
Y, si no quieres pintar las paredes de azul, siempre puedes elegir otros colores como grises, verdes y morados con tintes azulados, para lograr un efecto calmante.
El cuarto de baño
Por regla general el baño no es un espacio demasiado amplio, por lo que tendemos a elegir colores claros y luminosos. Y, aunque eso tiene lógica, en realidad todo depende de las características de cada baño concreto.
La luz es una cuestión a tener en cuenta. Si tu baño carece de ella, lo mejor será optar por tonos claros y luminosos, como los colores pastel. Si tiene luz puedes animarte con colores más intensos como el amarillo o el naranja en sus versiones más decorativas (caldero, teja, etc.).
Tonos neutros para las habitaciones infantiles
Decorar con pintura los cuartos infantiles es una idea genial, puesto que son espacios muy dinámicos, en los que se producen muchos cambios. Los niños crecen y eso nos obliga a ir modificando también la decoración, por lo que la pintura es un recurso genial en estas estancias.
Por otro lado, tendemos a elegir colores muy intensos y brillantes, y en esto sí que debemos ser cuidadosos. Hay otras opciones además de los verdes pistachos o los azules intensos. Podemos optar por los neutros o por los tonos pastel, más delicados. Los colores neutros, con el gris a la cabeza, aportan estilo y un toque muy moderno.
Un consejo: si utilizas dos o tres colores diferentes elígelos con tonos similares y con parecida intensidad, tanto si prefieres que sean suaves y claros, como si los quieres más llamativos y brillantes.
Rubén Fabián Costaflis
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